El comienzo del año suele ser un momento para fijarse nuevos propósitos o para retomar algunos que teníamos medio abandonados o que por diversas causas hemos tenido que aparcar. Sin embargo, no basta con tomar la decisión de un cambio, y decirse a uno mismo “este año voy a aprender a jugar al ajedrez” o “voy a jugar mucho mejor”. Por desgracia, esto por sí mismo no sirve.
En algunas otras ocasiones he hablado de este asunto en el blog, sobre cuando cuando me refería al concepto de “La rueda de la vida”. Te animo a que le eches un vistazo como complemento, ya que seguro que te va a ayudar.
Después de muchos años entrenando a jugadores amateur y ayudando a los alumnos de nuestra Escuela de Ajedrez Online, he llegado a la conclusión de que una gran parte del éxito, cerca del 80%, no depende del ajedrez tanto como de la propia planificación y mentalización de los jugadores.
Por esta razón, en este artículo quiero darte algunas sencillas pero creo que valiosas pautas antes de iniciarte a estudiar ajedrez ¡como un loco!
Contenidos
Crea tus objetivos desde un lugar constructivo
A veces, establecemos nuestros objetivos desde la frustración o desde el miedo, y este es un mal punto de partida. Aunque el año anterior no respondiera a nuestras expectativas, lo mejor es dejarlo atrás, pasar página y utilizar todo lo anterior como un aprendizaje y no como un reproche o como una imposición.
Trabaja sobre objetivos que te vayan a hacer verdaderamente feliz
Si estás en este artículo, lo más probable es que el ajedrez no sea tu forma de vida o tu trabajo, en cuyo caso necesariamente deberías hacer las cosas porque son tu obligación (y seguramente tu pasión como es mi caso).

Aunque tus objetivos estén establecidos con el punto de mira en el rendimiento y en el aprendizaje, añade una “capa adicional” en la que establezcas aquellos que te hagan realmente feliz. Visualiza que sucederá y cómo te sentirás cuando dichos objetivos ocurran, y trata de proyectar sus consecuencias en tu interior.
Si te hace feliz será más fácilmente alcanzable.
Utiliza la expresión QUAD
QUAD es una acrónimo en inglés que nos ayuda a establecer metas. Te recomiendo que lo tengas en mente para desarrollar las tuyas:
- Debe ser una cantidad específica (por ejemplo, leer 4 libros de ajedrez o estudiar 2 horas de ajedrez a la semana).
- Debería ser útil. Es decir, útil para ti, de lo contrario, nunca debería estar en la lista.
- Debería ser accionable con regularidad. Es decir, no definas propósitos que puedan iniciarse hacia finales de año. En su mayoría fallarán.
- Deberías fijar una fecha extraña para su realización. No establezcas propósitos con una fecha límite del 31 de Diciembre. Que sea el 14 de abril o la semana 23 del año.
Sé muy claro y específico sobre tus objetivos y cómo llegarás allí
Esto es vital para que consigas el éxito y todo funcione. De hecho, te recomiendo que te compres un cuaderno cualquiera y lo escribas a mano. Olvídate para esto de las APPS y los ordenadores, conéctate con tu cuerpo y escribe. Este pequeño esfuerzo indicará a tu cerebro que algo nuevo se está iniciando.
Si no tienes claro cómo conseguir tus objetivos de ajedrez te recomiendo que leas nuestra guía sobre como preparar un plan de entrenamiento.
Crea responsabilidad
Lo he contado muchas veces en el blog, me encanta el deporte, y he hecho mucho deporte a distintos niveles. Cuando más éxitos conseguí fue cuando “creé responsabilidad” con otras personas y fijaba metas con otros compañeros que perseguíamos a la vez, ¿de qué manera puedes hacerlo?
- Comparte la acción que quieres hacer cada día con mucha gente. Publícalo por ejemplo en tu perfil de Facebook. De esta manera, tendrás un socio responsable entre la multitud.
- Cuéntale a un amigo de confianza tus propósitos y pídele que te ayude a responsabilizarte. Es fácil decepcionarse, pero mucho más difícil decepcionar a un amigo de confianza.
El poder de los lunes
Pase lo que pase, los lunes tienen que estar presentes en tu propósito. Sea el que sea. No empieces el martes. Posponer la acción al martes te acerca un 70% al fracaso.
El valor del proceso
Concéntrate en el proceso, no en el resultado. Tener un resultado en mente es útil como indicador, pero muchos resultados también involucran factores fuera de tu control. No querrás obsesionarte con esto a expensas de enfocar tu atención y energía en las cosas que puedes controlar.
Por ello, es muy productivo que revises tus metas diariamente. Es la acción de revisarlos donde encuentras la magia. Lo que sucede a través de esta lectura diaria de tus objetivos es una de estas dos cosas: encontrar la manera de lograrlos o decidir que no son importantes y eliminarlos de nuestra lista.
Divide con sentido
Sea cuál sea tu propósito divídelo en pequeños bocados.
Imagina que tu idea es perder peso y para ello tienes que comer menos, hacer más deporte y tener hábitos más saludables en general. Esto no te llevará a ningún sitio, pero sí que te llevará a buen puerto realizar 2000 pasos más al día, o comer 100 gramos de hidratos de carbono menos al día. Es decir, disgregar los objetivos en otros consumibles y digeribles.
Pero más importante que lo anterior, es incluso que empieces solo con uno de esos propósitos. Si quieres ser un jugador avanzado, por ejemplo, deberás mejorar tus aperturas, calcular mejor, aprender más ajedrez… Es decir, mejorar una serie de áreas que son amplias. También te recomiendo, en este sentido, que eches un vistazo a mi libro “Blinda tu ajedrez“, donde te explico de qué manera debes acometer todo este trabajo para que no te mantengas en un nivel de estancamiento.
